No hables alto, habla ancho (clase de voz)
Una de las preguntas que más se repiten entre mis alumnos es cómo conseguir que nuestra voz tenga mayor presencia, se escuche mejor y llegue más lejos en una sala. La primera idea que se nos viene a la mente es hablar más alto, aumentando nuestro volumen como si de un equipo de música se tratara, pero pronto nos damos cuenta que nuestras cuerdas vocales se resienten, y nos hacemos daño hasta el punto de poder quedarnos afónicos. ¿Cuál es la solución? Mejorar nuestra resonancia sin gritar. Es aquí donde se hace palpable el refrán "más vale maña que fuerza", es decir: más vale la buena manera que la fuerza bruta. Nuestras cuerdas vocales, al igual que las cuerdas de una guitarra española, se escucharán mucho mejor si les dotamos de resonancia, como lo hace la caja de resonancia de la guitarra, es decir: ya no es necesario rasguear las cuerdas violentamente, no hace falta gritar, lo que importa es tener resonancia. Poniendo otro ejemplo: para llenar de música una sala, no ...